ÍNDICE

RESUMEN DEL PROYECTO RELAIS 1999 

1. Introducción
1.1 La necesidad de interpretar 
1.2 El principio político de igualdad lingüística 
1.3 El sistema actual y sus dificultades
1.4 Las soluciones provisionales y una distinción fundamental.
1.5 Origen real de las dificultades actuales 
1.6 Posibilidad de elegir 
1.7 Consideraciones técnicas, no políticas 
1.8 El carácter inevitable de una decisión política fundamental. 

2. Ventajas de una lengua planificada como lengua puente 

3. ¿Por qué no usar el inglés u otra lengua nacional como lengua puente? 

4. ¿Qué es la lengua planificada Esperanto? ¡Diez ventajas! 
4.1 Más fácil de aprender 
4.2 Conocimiento pasivo 
4.3 Aspectos pedagógicos
4.4 Características 
4.5 Pronunciación
4.6 Neutralidad 
4.7 Gramática y literatura 
4.8 Precisión y terminología 
4.9 Instrumento de comunicación más fácil
4.10 Calidad en la enseñanza de la lengua

5. Financiación 

6. Calendario. 

RESUMEN DEL PROYECTO RELAIS 1999

El proyecto es una iniciativa del Grupo de Trabajo sobre el problema lingüístico en la Unión Europea. Este grupo, que se reúne regularmente en Bruselas, está constituido por funcionarios de la Unión Europea (entre ellos intérpretes y traductores), profesionales procedentes de los más variados sectores de la sociedad, profesores y otros interesados en las lenguas y en su interpretación y traducción. 
Este grupo de trabajo ha promovido también el proyecto Neighbour, experimento a escala europea para demostrar que un curso de orientación lingüística, basado en el concepto de una lengua lógicamente planificada como el Esperanto, facilita el aprendizaje de lenguas extranjeras (valor propedéutico). 

«RELAIS» es el acrónimo de Reference Exchange Language As Interpretation System. La mayor parte de los contenidos reflejados en la introducción se han tomado del informe de 1996 de la European Civil Service Federation (Bruselas). 

El trabajo en la Unión Europea implica siempre el encuentro, en todos los círculos y a todos los niveles, de representantes de los diversos Estados Miembros u organizaciones, que no poseen la misma lengua materna. Se necesitan intérpretes porque estas personas no son capaces de expresarse todas en una lengua determinada o no son comprendidos cuando hablan la suya propia. Por eso, el pleno derecho de los participantes a la igualdad exige que todos ellos tengan la posibilidad de hablar y entenderse unos a otros utilizando sus propias lenguas nacionales. Si no, aquellos que pueden expresarse y entender lo que se dice en su propia lengua están, evidentemente, en una situación ventajosa con respecto a los demás. Utilizan una lengua para ellos natural y no se les exige esfuerzos adicionales, mientras que los demás se ven obligados a invertir mucho más tiempo y dinero para entender una lengua extranjera que, además, los sitúa en una posición desfavorable, sobre todo si han de expresarse hablando o por escrito en esa lengua. 
La situación empeorará si las razones para favorecer a determinadas lenguas no tienen ninguna base lingüística, sino que se trata de una hegemonía pasada o presente (tamaño de la población, potencia económica, historia colonial, predominio del mundo anglosajón), que entra en conflicto con los derechos de muchas lenguas existentes y los derechos de las minorías.

El sistema actual de interpretación data de los orígenes de la Unión, consistente entonces en seis estados miembros con cuatro lenguas oficiales. En estas condiciones, el principio de «traducción directa en cada una de las lenguas nacionales», fue la base del sistema de interpretación. 
La European Civil Service Federation en Bruselas, propone ahora que la lengua «z», una de las oficiales, se pueda usar como lengua puente para la interpretación en un futuro próximo para solucionar los problemas que causa la existencia de once lenguas oficiales (probablemente veinte en los próximos años). De este modo, el principio de igualdad lingüística podría respetarse. 

En lugar de utilizar una lengua oficial «z» como lengua puente, los intérpretes podrían usar el esperanto. Esta lengua se puede aprender en pocos años. La pronunciación es fija. Las actuales once lenguas oficiales permanecerían en situación de igualdad y ninguna prevalecería sobre las demás. 
El proyecto pretende organizar una reunión del Parlamento Europeo en 2003, basada en la utilización del esperanto como lengua puente en la interpretación. Habrá un Comité Científico encargado de preparar y definir los criterios de la prueba y controlar la experiencia. 

1. Introducción
El proyecto presentado aquí, el Proyecto «RELAIS», es una iniciativa del Grupo de Trabajo sobre el problema lingüístico en la Unión Europea. Este grupo de trabajo se reúne regularmente en Bruselas (Bélgica), y está constituido por funcionarios que trabajan para las autoridades de la Unión Europea (entre ellos intérpretes y traductores), profesionales activos en varios sectores de la vida social, profesores e interesados en las lenguas, su enseñanza, y su interpretación y traducción. 

«RELAIS» es el acrónimo de Reference Exchange Language As Interpretation System. La mayor parte de los datos reflejados en la introducción, se han tomado del informe de 1996 de la European Civil Service Federation (Bruselas). 

1.1 La necesidad de interpretar
Tanto a nivel comunitario como intergubernamental, el trabajo de la Unión Europea implica siempre, en todos los círculos y a todos los niveles, el encuentro de representantes de varios Estados Miembros que no poseen la misma lengua materna. En consecuencia, mientras estas personas no sean capaces de hablar una única lengua o de entenderse hablando cada uno la suya, la labor de los intérpretes es absolutamente necesaria para el funcionamiento y la supervivencia de la Unión. 

1.2 El principio político de igualdad lingüística
Siendo, pues, necesaria la interpretación, el pleno derecho de los participantes exige que todos ellos puedan hablar y entenderse unos a otros utilizando su lengua materna. Si no, los participantes que puedan expresarse y entender en su propia lengua tendrán, evidentemente, ventaja sobre los demás, tanto desde el punto de vista del prestigio nacional y la propia estima, como desde un punto de vista pragmático. 
A decir verdad, los primeros utilizarían una lengua que les es natural y que no les exige ningún otro esfuerzo adicional, mientras que los segundos se verán obligados a invertir mucho más tiempo y dinero para entender una lengua extranjera, que además los mantendría en una posición desfavorable en cuanto a la comprensión y, sobre todo, en cuanto a la expresión, tanto hablada como escrita. 

La situación empeorará si las razones para favorecer a determinadas lenguas no tienen ninguna base lingüística, sino que están fundamentadas en una hegemonía pasada o presente (tamaño de la población, potencia económica, herencia colonial, predominio de EEUU), que entra en conflicto con los derechos de las minorías, de las que Europa está cada vez más necesitada. 

A aquellos que defienden una situación privilegiada de su lengua materna aludiendo a su amplia difusión, se les puede responder que su argumento es falso porque esa difusión podría verse determinada (incrementada o disminuida), por alguna elección política de la UE en relación con las lenguas. Los ejemplos del «noruego nuevo» en Noruega, del «hebreo» en Israel, o del «bahasa» en Indonesia, sirven para demostrar el verdadero impacto de tales elecciones políticas.

Considerando esto, la Unión Europea siempre apoyó el principio de igualdad lingüística, incluso si en la práctica, el número de gabinetes de interpretación varía dependiendo de los conocimientos lingüísticos efectivos de los asistentes a las reuniones. Estos arreglos puntuales, sin embargo, no ponen en duda el principio político subyacente. 

Además, el apoyo a este principio está dictado por razones de prudencia: en la situación actual de Europa, como ya se ha hecho evidente, la cuestión lingüística es cada vez más delicada y corre el riesgo de estallar. Los conflictos en el seno de la ex-Yugoslavia muestran hasta qué grado se puede sentir la necesidad de una solidaridad basada en la lengua. 

Como se ha dicho, las sucesivas ampliaciones no permiten mantener el sistema de interpretación usado hasta ahora. 

1.3 El sistema actual y sus dificultades
El sistema de trabajo de los intérpretes data de los orígenes de la Unión. En los años 50, la Unión estaba formada sólo por seis Estados Miembros con cuatro lenguas oficiales (francés, alemán, italiano y holandés). En estas condiciones, permitiendo a cada intérprete traducir a su lengua materna, estos podrían realizar su trabajo basándose en las otras tres lenguas oficiales. Esto permitiría reducir hasta el mínimo el número de intérpretes estrictamente necesarios y obtener los mejores resultados, evitando las traducciones dobles. De este modo, el principio de «traducción directa a la lengua materna» se convirtió en la base del sistema de interpretación en la Unión Europea. Y este sistema nunca ha cambiado. 

En este sistema, que prescinde de intermediarios, el número de intérpretes estrictamente necesarios se puede fijar de forma precisa dividiendo el número de combinaciones posibles entre las lenguas asistentes, por el número de lenguas de las que cada intérprete puede traducir directamente a su lengua materna. Si llamamos N al número de lenguas presentes y suponemos que cada intérprete puede traducir de tres lenguas extranjeras, el número de intérpretes necesarios se puede hallar mediante la fórmula N(N-1):3. En un principio, siendo N igual a 4, los intérpretes necesarios serían, pues, 4×3:3=4. La relación entre esta cantidad y el número de Estados Miembros era, de hecho suficiente: 4/6. 

Pero este sistema, que da muy buenos resultados cuando el número de lenguas no es muy elevado, encuentra grandes dificultades si éste aumenta, ya que, entonces, el número de combinaciones crece de forma exponencial. Si para N=4 había 4 combinaciones posibles y 4 intérpretes, para N=9 (que era el caso de la Unión con 12 miembros), hay 9×8=72 combinaciones y 72:3=24 intérpretes; y hoy, para N=11, hay 11×10=110 combinaciones que exigen cerca de 40 intérpretes para 15 oradores potenciales. A esto debe añadirse la dificultad de encontrar intérpretes para cada lengua oficial, que sean capaces de traducir de lenguas menos conocidas, como el finlandés. Y aun es todavía más difícil encontrar intérpretes dedicados sólo al estudio de lenguas menos conocidas. 
Todas estas dificultades se reflejan en la contratación, en la formación, en la organización del trabajo y el espacio, y, sobre todo, en los costes. 

En estas condiciones, cuando se afrontan nuevas ampliaciones, es normal que se revise el tema de la interpretación. De hecho, para N=20 hay 20×19=360 combinaciones y debería haber 360:3=120 intérpretes en la sala. En cuyo caso no sería ya sólo una cuestión de dificultad, sino, en cierto modo, de imposibilidad. 

Todo esto está siendo puesto de relieve, cada vez más, por los medios de comunicación. 

1.4 Las soluciones provisionales y una distinción fundamental. 
El servicio de «Interpretación » de la Unión ha podido, hasta ahora, salvar sus dificultades reduciendo al mínimo absoluto el número de intérpretes necesarios. 
Para ello ha tenido a su disposición apenas unos cuantos recursos: 
a) explotar los conocimientos lingüísticos de algunos participantes para evitar la correspondiente interpretación, 
b) permitir a los intérpretes que no conocen la lengua del orador conectarse a la traducción de otro colega, 
c) pedir a los intérpretes de los nuevos Estados Miembros que ellos mismos traduzcan la intervención realizada en su lengua materna a una de las lenguas conocidas por los otros intérpretes. 

Se trata de soluciones ocasionales mediante las que se han tratado de soslayar las dificultades que, sin embargo, nos indican ya las dos posibles orientaciones para reformar el sistema de interpretación: se podría modificar el principio técnico de la «traducción directa a la lengua materna» (soluciones b y c), o el principio político de la igualdad lingüística (solución a). 

Hasta ahora se ha utilizado una u otra solución, sin pensar ni en sus diferentes naturalezas, ni en sus variados efectos. Pero ahora, cuando se hace necesaria una reflexión, deberíamos preguntarnos por el verdadero origen del callejón sin salida en el que nos encontramos. 

1.5 Origen real de las dificultades actuales
La verdadera razón de las dificultades no está en el número de lenguas, sino en el hecho de que la adición de cada nueva lengua hace crecer exponencialmente el número de posibles combinaciones. Por ejemplo, si se pasa de cuatro a cinco lenguas, el número de combinaciones pasa de 4×3=12 a 5×4=20 y, si se pasa de 20 a 21 lenguas, el número de combinaciones pasa de 20×19=380 a 21×20=420. Sin embargo, en ambos casos se ha añadido sólo una lengua. 

Como se ha visto, si esta progresión es necesariamente matemática no estamos obligados a hacer depender de ella el número de intérpretes. Somos nosotros los que queremos mantener esa dependencia; nosotros, que apoyamos, al menos en teoría, un sistema obsoleto de organización. «En teoría» continuamos exigiendo que cada intérprete traduzca directamente de las demás lenguas, incluso si en la práctica usamos cada vez más la traducción indirecta. 

Éste es un hecho del que debemos tomar conciencia. Porque los medios de comunicación, los funcionarios y los responsables europeos o nacionales no piensan sólo en el sistema de trabajo de los intérpretes, sino que están persuadidos de que la razón de las dificultades estriba en el número de lenguas, el cual debemos, por lo tanto, reducir. 

Para comprender la falta de fundamento de esta convicción es suficiente con renunciar al principio de trabajo heredado del pasado y sustituirlo por un sistema nuevo, que retome y simplifique las soluciones empíricas probadas hasta hoy. He aquí el sistema: 
a) se exigiría a los intérpretes conocer, además de sus respectivas lenguas maternas, una única lengua que aquí llamaremos, para abreviar, «z»; 
b) cada intérprete traduciría a «z» la intervención realizada en su lengua materna; 
c) cada intérprete traduciría de «z» a su lengua materna, las intervenciones realizadas en las otras lenguas. 

Mediante este sistema, y suponiendo que «z» fuera una de las lenguas oficiales, el número de intérpretes necesarios sería siempre igual a N-1, considerando que aquellos cuya lengua materna sea «z» no necesitarían intérprete. La Unión actual, para la que N=11, necesitaría, pues, 10 intérpretes; y la creación de un equipo de trabajo no daría tantos quebraderos de cabeza. 

En consecuencia, el número de intérpretes no sería de ningún modo absurdo y se podría respetar el principio político de igualdad lingüística. Cada persona asistente a la reunión, no importa a qué nivel, tendría la posibilidad de hablar y entender en su lengua materna, excepto si sus propios conocimientos lingüísticos le permiten obviar la interpretación. 

1.6 Posibilidad de elegir
Lo que se acaba de exponer demuestra que existen posibilidades de elegir y que, contrariamente a las opiniones más difundidas, no estamos de ningún modo obligados a prescindir del principio de igualdad lingüística. Lo que se debe entender es que es inevitable una elección entre este principio político, y el sistema técnico de organización del trabajo de interpretación adoptado hace cincuenta años, el cual, por eso mismo, ha llegado a ser como una segunda naturaleza imperceptible. Es precisamente en este carácter oculto donde subyace el peligro. 
De hecho, si los principios para la elección se estudian detalladamente, se evidencian claramente sus diferencias. Cincuenta años después, el principio político es, más que nunca, esencial para la supervivencia de la Unión, mientras que la técnica acepta cada vez más excepciones y conduce a situaciones absurdas. Prescindir del principio político entraña una crisis mayor, sentida a nivel popular, que cambiar el método de trabajo, que no trascendería de las cabinas de interpretación. 

Por otro lado, los argumentos en contra del nuevo sistema no son del todo lógicos: 
1) La traducción indirecta (relais) implica un mayor riesgo de errores. 
Respuesta: Es cierto, pero también es cierto que a) el sistema actual no es capaz de perdurar sin recurrir, cada vez más frecuentemente, a la traducción indirecta; b) en el nuevo sistema los intérpretes deberían trabajar sólo con una lengua extranjera que, por lo tanto, llegarían a dominar plenamente; c) la única alternativa es prescindir de un gran número de lenguas. 
2) La traducción a la lengua materna es más fácil. 
R: Cierto, pero ese tipo de traducción permanecería porque cada intérprete debería siempre traducir de «z». Con relación a la traducción a «z», se realizaría desde la lengua materna y pronto se automatizaría. Por otro lado, la traducción de la lengua materna está siendo, hoy día, cada vez más exigida. 
3) Los intérpretes y las instituciones para adquirir esta profesión deberían modificar su orientación. 
R: Simplemente deberían concentrarse en las ventajas de la lengua «z’, que, por otro lado, no les resultaría desconocida; además, las instituciones europeas no son el único mercado de la interpretación.

1.7 Consideraciones técnicas, no políticas
La organización del método de trabajo de los intérpretes no es una cuestión política, sino técnica. La lengua «z» no sería otra cosa que un instrumento laboral, destinada exclusivamente a permanecer en el gabinete. Cada participante en la reunión hablaría y entendería sólo en su lengua materna, sin necesidad de saber de qué modo trabajan los intérpretes. 
En consecuencia, la elección de la lengua «z» estaría basada únicamente en criterios lingüísticos, profesionales, sin ninguna implicación política. Deben tomarse en consideración muchos aspectos: por ejemplo, la lengua debe ser fonéticamente clara para facilitar la comprensión; debe adecuarse a la integración jurídica de los países europeos y por lo tanto tener un elevado número de elementos comunes; debe ser suficientemente rica e independiente en cuanto a terminología; etc. 
Por otro lado, nada impide elegir «z» de forma experimental provisionalmente. 

1.8 El carácter inevitable de una decisión política fundamental.
La decisión política fundamental, esto es, la elección entre respetar plenamente el principio de igualdad política o renunciar a él, es inevitable. 
Debemos, sin embargo, ser conscientes del precio de esa renuncia. Los representantes de las distintas naciones, que tomen parte en las reuniones, ya no podrán ser elegidos por sus capacidades técnicas, sino por sus conocimientos lingüísticos. Poco a poco, llegarán a ser como los funcionarios de las Instituciones y los Representantes Permanentes en Bruselas, que ya no son capaces de expresarse en su propia lengua porque ignoran completamente su terminología. No será ya necesario enriquecer la lengua «escrita» mediante el tesoro léxico de la propia lengua. Lenta pero indefectiblemente, se secará la fuente de la renovación lingüística en los asuntos tratados a nivel europeo. Para hablar de esos temas, se terminará usando la lengua extranjera. El ámbito de la lengua nacional se verá lamentablemente reducido. 
En estas condiciones, incluso si se hacen sentir reacciones violentas, no tendrán mayores repercusiones: porque ya no habrá científicos o expertos capaces de pensar en su propia lengua materna. 

2. Ventajas de una lengua planificada como lengua puente 
En lugar de una lengua oficial «z», los intérpretes podrían utilizar el esperanto como lengua puente. Esta lengua se puede aprender en unos pocos años y su pronunciación ha sido fijada según las normas internacionales. Finalmente, los intérpretes necesitarían dominar sólo el esperanto además de su lengua materna, porque todo el sistema se basa en las lenguas oficiales y una sola lengua puente. La actuales once lenguas oficiales permanecerían iguales y no se favorecería a una sobre otra. El sistema es también más barato porque el esperanto se aprende fácilmente, por lo tanto, exige menos inversiones. En principio no se necesitaría dominar otras lenguas porque la propia y el esperanto como lengua puente serían suficientes. 

3. ¿Por qué no usar el inglés u otra lengua nacional como lengua
[Este párrafo está basado en el material suministrado por el profesor J.C. Wells, MA (Cantab), PhD (Londres), Profesor de Fonética de la Universidad de Londres y Jefe del Departamento de Fonética y Lingüística, University College, Londres.]
En estos momentos, el mundo entero está tratando de solucionar el problema lingüístico eligiendo el inglés. Durante el pasado medio siglo, cada vez más se ha opinado que el inglés está destinado a ser la lengua internacional que todos deben aprender a usar. Desde el final de la segunda guerra mundial, de hecho, el inglés se ha enseñado en las escuelas en Europa occidental y en gran parte del mundo. Ahora tenemos una generación de jóvenes y adultos de mediana edad que estudiaron el inglés en la escuela y que, por lo tanto, deberían poder usarlo en la comunicación internacional. Y, hasta cierto punto, pueden: muchas personas han alcanzado un suficiente nivel de Inglés como Lengua Extranjera (ILE) para intercambiar información básica. 

Por desgracia, muy básica es la información que son capaces de intercambiar. Para asuntos más complejos y sutiles, tanto hablando como escribiendo, su conocimiento se manifiesta insuficiente. Frecuentemente éste es el caso, incluso para aquellos que han invertido años de su vida trabajando intensamente en el estudio de la lengua. Algunos se encuentran con que pueden leer el inglés escrito y comprender el hablado, pero no se sienten capaces de hablar o escribir fácilmente. Enfrentados al habla habitual de los ingleses, o de los estadounidenses o australianos, o de otros hablantes nativos, con sus diversos acentos y dialectos, se sienten perdidos. Con mucha frecuencia, estos hablantes nativos no son conscientes de que los extranjeros no les entienden si hablan muy deprisa y no pronuncian claramente. Los hablantes no nativos, ciertamente, no podrán participar libremente en una conversación o negociar en igualdad de condiciones.

Entre las razones del fracaso del inglés probablemente se encuentra el hecho de que es difícil de aprender. Su fonética plantea muchos problemas a muchos estudiantes. Su ortografía es claramente inconsecuente. Aunque su morfología es relativamente simple, su sintaxis se complica a medida que el estudiante avanza más allá de las estructuras sencillas. Su vocabulario es ciertamente rico (es decir, amplio), pero con la riqueza vienen las dificultades para el estudiante, que debe memorizar cada una de las sutiles diferencias de significado de términos prácticamente sinónimos. Sus verbos compuestos son frecuentemente trampas para los estudiantes, por ejemplo: to put up (levantar, erigir) con el significado de «alojar». En el sistema verbal encontramos una engañosa colección de distinciones aspectuales, abundante fuente de errores en el ILE, por ejemplo: la diferencia entre «Where do you live?» (¿Dónde está tu casa?) y «Where are you living?» (¿Dónde vives?). Muchos de sus términos gramaticales, esenciales para la comprensión de matices temporales y aspectuales del verbo, aparecen en la lengua hablada como «formas débiles», tan reducidos fonéticamente que precisamente ellos no son percibidos por la mayoría de los hablantes de ILE; estos últimos, al no usar ellos mismos estás formas débiles, proporcionan a los hablantes nativos la impresión equivocada de estar enfatizando la palabra en cuestión. La acentuación inglesa es variable y sólo hasta cierto grado predecible. La entonación es mucho más complicada que la de la mayoría de las lenguas. 
Esto que se ha dicho acerca del inglés, es válido para cualquier otra lengua étnica, en menor medida, por otras razones. 

4. ¿Qué es la lengua planificada Esperanto? ¡Diez ventajas!
El esperanto es la lengua planificada más extendida. [Una investigación de mercado realizada por la agencia de publicidad Lintas, París (1989), mostró que una sencilla frase-test en inglés fue correctamente entendida por menos de la mitad de una muestra de población adulta media de Holanda, menos de la tercera parte de Alemania Occidental, y menos de la décima parte de Francia, España e Italia.] Por conveniencia, tratamos solamente del esperanto en este documento, no sólo porque es la lengua planificada más ampliamente usada, sino por otra razón importante: muchas personas tienen prejuicios contra el uso de una lengua planificada, seguramente por falta de información; esto dificulta una discusión abierta y objetiva sobre las lengua planificadas y el problema lingüístico. 
Nos limitaremos a los siguientes aspectos: 

4.1 Más fácil de aprender
El esperanto es relativamente fácil de aprender para hablantes de cualquier lengua. En un año de estudio, se puede alcanzar un nivel equivalente al que proporcionan cuatro o cinco años de estudio de inglés, francés o alemán. Además, se puede hablar y escribir la lengua con fluidez después de un año o dos de estudio serio, lo que no se consigue en el caso de otras lenguas. 

4.2 Conocimiento pasivo
En un año es posible adquirir tal cantidad de conocimiento pasivo que cualquier libro o documento escrito resulta accesible; también es posible entender el esperanto hablado razonablemente bien. 
Si al menos se editaran en esperanto los resúmenes de las publicaciones científicas o las tesis, los científicos, mediante este conocimiento pasivo, tendrían un acceso más fácil a la información sobre sus especialidades. Mejoraría la comunicación en el mundo académico. 

4.3 Aspectos pedagógicos
Experimentalmente se ha demostrado que un curso de orientación limgüística, basado en el concepto de una lengua lógicamente planificada, facilita el aprendizaje de lenguas extranjeras (valor propedéutico). [Frank HG. & Lobin G. : Sprachorientierungsunterricht in Akademia Libroservo, SAIS Nitra&KoPäd, Munchen 1998, Ein bildungswissenschaftlicher Beitrag zur interlinguistischen Sprachkybernetik. (1979). Symoens, E. : Apprendre des langues étrangères, Antwerpen ISBN 90-71205-53-3. Formaggio, Elisabetta Vilisics: L’Orientamento Linguistico. Metodo per facilitare l’apprendimento delle lingue, Manuale per insegnanti della scuola elementere, Roma.]
La enseñanza del esperanto en la escuela elemental durante dos años haría más transparentes los fenómenos de «lengua» y «estructura de la lengua materna», y facilitaría el aprendizaje de la primera lengua extranjera. [Véase también el proyecto NEIGHBOUR, un nuevo proyecto a escala europea para probar (de nuevo) el valor propedéutico del esperanto, Universidad de Amsterdam]

Además, el esperanto puede practicarse antes que cualquier otra lengua. Los estudiantes rápidamente (en seis meses) adquieren un nivel con el que pueden empezar a usar el esperanto en correspondencia, viajes escolares, o vacaciones en otros países, lo que aumentaría enormemente su motivación y favorecería una dimensión europea e internacional. 

4.4 Características
El esperanto es una lengua hablada y escrita. Su léxico deriva principalmente de las lenguas europeas occidentales, pero constantemente recibe términos procedentes de otras fuentes. Tanto su sintaxis como su morfología muestran una fuerte influencia eslava, y tiene mucho en común con las lenguas aislantes, como el chino, y las aglutinantes, como el turco, el swahili y el japonés. Deliberadamente, se han evitado los puntos débiles de muchas lenguas, al tiempo que toma prestados los fuertes. Los hablantes de lenguas derivadas del latín, por ejemplo, conocen, de entrada, aproximadamente el 80% de las raíces y palabras en esperanto, mientras que los hablantes de lenguas eslavas, conocen alrededor del 50%. Chinos, japoneses y otros tienen la ventaja de que la estructura de sus lenguas (la forma en que se construyen las palabras), es muy semejante a la del esperanto. 

En sus primeros tiempos, hace más de cien años, la lengua disponía de unas mil raíces con las cuales se podían formar aproximadamente doce mil palabras. El esperanto se ha desarrollado rápidamente desde entonces. Hoy, el diccionario más amplio contiene entre quince mil y veinte mil raíces con las que se pueden formar alrededor de ciento cincuenta mil palabras. 

Lo que hace a esta lengua auxiliar realmente excepcional es que apenas dispone de «periferia». La periferia de una lengua está formada por los elementos secundarios que ha adquirido históricamente, por su «sedimento». Comparado con esto, el «núcleo» del esperanto es una, relativamente «pura» y casi universal, parte de cada lengua humana. 

4.5 Pronunciación
Como la ortografía del esperanto es fonética, cada palabra se pronuncia exactamente como se escribe. El acento recae siempre en la penúltima sílaba: ventaja considerable, en comparación con el inglés. Un chino, un sudamericano y un europeo tienen la misma pronunciación.

4.6 Neutralidad
Cuando dos personas en un diálogo utilizan una lengua «neutral» como el esperanto, ninguno se encuentra en una situación favorable, contrariamente a lo que sucede cuando uno de ellos usa su lengua materna. La utilización del inglés o de otra lengua étnica, proporciona una injusta ventaja a aquellos que son hablantes nativos.

4.7 Gramática y literatura
La concepción simple y lógica de la lengua es una de sus principales características. Las palabras compuestas son muy comunes en esperanto, lo mismo que las palabras formadas a partir de una raíz por la aposición de afijos (prefijos o sufijos). Hay sólo un artículo, «la». Los sustantivos terminan en «o», los adjetivos en «a» y los adverbios en «e». El plural de los nombres y adjetivos se forma añadiendo la terminación «j» (pronunciado «i»). Todos los verbos en presente terminan en «as», y en «is» todos los pretéritos. 

La floreciente tradición literaria en esperanto ha sido reconocida por el PEN International (poetas, dramaturgos, ensayistas y novelistas internacionales), que ha reconocido una sección en esperanto. 
Unos 300 títulos, originales o traducidos, se editan anualmente cubriendo un amplio abanico de materias. Más de cien revistas y periódicos son publicados regularmente. 

4.8 Precisión y terminología
El esperanto puede ser usado para propósitos sociales y económicos, así como para actividades culturales. Cualquier cosa que se pueda decir en una lengua nacional o minoritaria, puede ser igualmente expresado en esperanto. 
Los avances técnicos y científicos obligan a todas las lenguas a aceptar palabras nuevas y terminología actual. Éste es también el caso del esperanto. 

4.9 Instrumento de comunicación más fácil
El esperanto proporciona una herramienta más fácil para la comunicación internacional o la interétnica. Sin embargo, incluso la utilización de esta lengua común y neutral no es una garantía de paz, a la que aspiraban muchos esperanto-hablantes a principios de siglo. Recientes ejemplos de utilización de una sola lengua, por ejemplo, en Irlanda del norte, ex-Yugoslavia y Ruanda, nos demuestran que el uso de una lengua común, no excluye la guerra o los actos de violencia. 

4.10 Calidad en la enseñanza de la lengua
La introducción de una lengua auxiliar relativamente fácil de aprender, ahorraría mucho tiempo y energía que podrían ponerse a disposición de aquellas personas que están menos dotadas para las lenguas o están menos interesados en ellas, y cuyo rendimiento en otras áreas sería alto si no lo dificultara el estudio de idiomas.
El esperanto facilitaría, asimismo, el aprendizaje de lenguas extranjeras en el caso de aquellos que tienen un interés específico. 
Esta segunda lengua (o tercera, para aquellos que tienen una lengua regional o minoritaria como materna y una nacional como segunda lengua), aprendida en la escuela primaria, cuanto menos, proporcionaría a las nuevas generaciones una herramienta adecuada y neutral para la comunicación internacional. 

5. Financiación
(Aún por detallar) 


6. Calendario.
1998/1999
* Preparación/Descripción del proyecto 
* Presupuesto del proyecto 

1999 
* Formulación definitiva del proyecto 
* Búsqueda de intérpretes que dominen el esperanto: como mínimo cuatro para cada una de las once lenguas oficiales 
* Presentación del proyecto al Parlamento Europeo (PE) durante la conferencia del PE acerca del problema lingüístico internacional (Which languages for Europe, 16-18/04/1999) 
* Aceptación y aprobación del proyecto por el PE 
* Constitución de un comité asesor, un grupo del proyecto, un comité científico, un comité de expertos/especialistas/intérpretes, que controlen el resultado de la interpretación durante la reunión de 2003 

2000 
* Invitación a los quince Estados Miembros para que busquen cuatro intérpretes que se encarguen de la interpretación mediante el esperanto, del tema que se tratará durante la reunión de mayo de 2003. El experimento precisará de dos intérpretes para cada lengua. Sin embargo, se capacitará a cuatro, para poder sustituir, eventualmente, a cualquiera de ellos por causa de enfermedad, por ejemplo. Si no se pudieran encontrar intérpretes para las once lenguas oficiales de la Unión que ya dominen el esperanto, habría que buscar intérpretes que estén dispuestos a recibir preparación para traducir e interpretar al y del esperanto, y se les capacitaría al efecto 
* Otoño: Inicio de la enseñanza del esperanto a los intérpretes 

2001 
* Primera invitación a los miembros del Parlamento Europeo y a otras personas (especialistas, ciudadanos, educadoras, etc.) para participar en la reunión de 2003
* Los intérpretes realizarán el primer examen (elemental), que es de esperar que aprueben. 

2002 
* Segunda invitación a los miembros del Parlamento Europeo, etc. 
* Los intérpretes realizarán el segundo examen (superior) 

2003
* En mayo, reunión en el Parlamento Europeo sobre un tema aun por definir. 


La reunión en el Parlamento Europeo, en la que participarán representantes de los quince Estados Miembros (o más) y otras personas. Tema: derechos humanos u otro. En cada cabina habrá un mínimo de dos intérpretes que dominen el esperanto, lengua puente de la reunión. 

Informe final de resultados en otoño de 2003:
Análisis de resultados por el comité científico y el comité de expertos/especialistas/intérpretes, evaluación final del experimento, publicación del informe de resultados en otoño de 2003. 


Hans Erasmus, Laan van Oostenburg 40 NL 2271 AP Voorburg 
tel./fax: 31 70 3863529 
erasmusz@worldonline.nl

Noviembre 1999 

Traducido del esperanto por Ana Manero. Federación Española de Esperanto. 

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