Republica o Monarquía
En una República eres ciudadano. La Jefatura de Estado es electa; se renueva en las urnas; y es responsable de sus actos ante la Ley.
En una Monarquía eres súbdito. La Jefatura de Estado no es electa; se hereda y es vitalicia; y es inviolable ante la ley.
Los legisladores atendiendo al derecho a la igualdad y no discriminación de la declaración Universal de los Derechos Humanos deberían abolir todos los títulos nobiliarios, incluyendo el titulo de Rey. Y para facilitar la transición no deberán otorgarse más títulos nobiliarios y dejarán de ser heredables.
La Monarquía, inicialmente electiva, y luego vitalicia, también se convirtió con el tiempo en una institución hereditaria.
La Nobleza hereditaria, transmisible o de sangre es un concepto que vincula la nobleza a la herencia biológica o sanguínea; es decir, a la sucesión dinástica dentro de una familia de una condición social privilegiada, justificada ideológicamente con conceptos tales como el honor, que presuponen la transmisión de los méritos de los antepasados a los descendientes. Propiamente la nobleza transmisible es un tipo de nobleza de privilegio (concedida al fundador de un linaje por un rey, que podría haberlo hecho únicamente a un único titular, como nobleza personal, sin poderse transmitir a los herederos).
La herencia de títulos nobiliarios ha discriminado históricamente a mujeres e hijos menores.
En España los títulos nobiliarios fueron legalmente abolidos durante la 2ª República, mediante la Constitución aprobada el 9 diciembre 1931. El artículo 25 decía: «El Estado no reconoce distinciones y títulos nobiliarios».
Durante la dictadura, Francisco Franco restableció los títulos nobiliarios porque la 2ª República los había abolido todos. Y entre 1948 a 1978 Franco concedió 33 títulos nobiliarios. Y estos 33 títulos nobiliarios fueron retirados por el articulo 41 de la Ley de Memoria Democrática.
El Rey Juan Carlos durante su reinado otorgó cerca de 51 títulos nobiliarios.
Desde que Felipe 6º se convirtió en Rey de España no ha otorgado ningún título nobiliario.
En España hay un total de 2.708 títulos nobiliarios en vigor.
En España, existen ocho grandes títulos nobiliarios, de los cuales el Rey ostenta el rango más alto, seguido del príncipe. El Rey es el único que puede otorgar a alguien que no pertenezca a una familia noble un título nobiliario y debe aprobar todas las asignaciones de títulos nobiliarios que se hagan cuando la persona titular fallece o cede su titulación.
Después del Rey, la línea de rangos prosigue de la siguiente forma:
1. Duque. (146 ducados)
2. Marqués. (1.190 marquesados).
3. Conde. (906 condados)
4. Vizconde. (134 vizcondados)
5. Barón. (163 baronías)
6. Señor. (7 señoríos)
Y para regular su adquisición, estos son los Reales Decretos y Leyes que se aplican en cuanto a la sucesión de títulos nobiliarios:
– Real Decreto de 27 mayo 1912 sobre concesión y rehabilitación de Títulos y Grandezas de España.
– Real Decreto de 8 julio 1922 relativo a la rehabilitación de Grandezas de España y Títulos del Reino.
– Ley de 4 mayo 1948 por la que se restablece la legalidad vigente al 14 abril 1931 en las Grandezas y Títulos del Reino.
– Ley 33/2006, de 30 octubre, sobre la igualdad del hombre y la mujer en el orden de sucesión de los títulos nobiliarios.
– Real Decreto 222/1988, de 11 marzo, por el que se modifican los Reales Decretos de 27 mayo 1912 y 8 julio 1922 en materia de Rehabilitación de Títulos Nobiliarios.
Desde 1993 el proceso de transmisión de los títulos nobiliarios está gravado con el pago de unos impuestos que oscilan entre 800 y 17.000 euros.
Hay que tener en cuenta un aspecto, y es que los títulos nobiliarios ya no dan ningún tipo de poder político en España, ni ninguna prestación económica derivada del rango. Ostentar un título nobiliario es válido a título social como significación de tradición y honor, pero a nivel económico ya no otorga ningún tipo de ventaja.