La necesidad imperiosa de una federación europea para lograr la estabilidad regional y global.
2025-03-02 por Manuel Galiñanes presidente de la Alianza Federal de Federalistas Europeos (FAEF)
https://www.europetodaymagazine.eu/2025/03/02/the-imperative-need-for-a-european-federation-to-achieve-regional-and-global-stability/
Las recientes propuestas políticas del presidente Donald Trump sobre el fin de la guerra en Ucrania y el desplazamiento de los palestinos de Gaza han suscitado un amplio debate internacional. Estas decisiones, marcadas por el unilateralismo, el desprecio por las normas internacionales y la voluntad de marginar a los aliados europeos, reflejan un enfoque autoritario de la gobernanza y plantean riesgos significativos para la seguridad europea y la estabilidad mundial. Para contrarrestar estas amenazas y garantizar una voz más fuerte en los asuntos mundiales, Europa debe avanzar, como se analiza más adelante, hacia una estructura política más integrada en el marco de una Federación Europea que trascienda las limitaciones de la actual Unión Europea (UE).
El conflicto en Ucrania: un giro en la diplomacia estadounidense y una amenaza para la estabilidad europea
El inicio de las conversaciones de paz para resolver la guerra en curso en Ucrania entre Estados Unidos y Rusia sin la participación de Ucrania y la UE ha dejado a los aliados europeos en estado de shock. Sorprendentemente, la estrategia de Trump incluye ofrecer concesiones a Rusia, como desestimar las aspiraciones de Ucrania de ser miembro de la OTAN y reconocer el control ruso sobre ciertos territorios ucranianos. Esta decisión unilateral marca un cambio significativo con respecto a la política estadounidense anterior y socava la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, ignorando así los esfuerzos colectivos de la OTAN y la UE, que han desempeñado un papel crítico en el apoyo a Ucrania. Además, la sugerencia de celebrar elecciones en Ucrania después de lograr un alto el fuego, para que Volodymyr Zelensky pueda ser destituido de su cargo y reemplazado por un nuevo presidente en línea con el acuerdo final entre Estados Unidos y Rusia, ha sido recibida con escepticismo. Un documento confidencial elaborado por la administración estadounidense, del que informa The Telegraph (https://www.telegraph.co.uk/business/2025/02/17/revealed-trump-confidential-plan-ukraine-stranglehold/), revela una serie de condiciones injustas que EE.UU. quiere imponer a Ucrania, que van desde la explotación de sus puertos e infraestructuras hasta el acceso a su petróleo, gas y otros recursos naturales por parte de EE.UU., lo que representa una carga económica mayor que las reparaciones impuestas a Alemania en virtud del Tratado de Versalles de 1919. Los comentarios de Trump refiriéndose a Zelenski como dictador y a la causa de la invasión rusa a Ucrania también personifican a un líder que ha perdido toda referencia a la realidad y al comportamiento diplomático.
No sorprende que algunos dirigentes europeos hayan expresado su temor a quedar excluidos de estas discusiones críticas. Advierten que cualquier acuerdo alcanzado sin la participación de Ucrania y la UE podría socavar la seguridad y la estabilidad regionales. De manera similar, los aliados de la OTAN destacan la necesidad de incluir tanto a Ucrania como a Europa en cualquier negociación de paz para garantizar una solución integral y duradera.
El plan de desplazamiento de Gaza: una violación de las normas internacionales
Igualmente alarmante es la propuesta de Trump de desplazar a toda la población palestina de Gaza a países vecinos como Egipto y Jordania, tomando el territorio bajo control estadounidense para su reurbanización y convertirlo en un lugar de vacaciones. Este plan, que carece de una logística detallada, ha sido recibido con una condena generalizada por parte de la comunidad internacional, que lo considera una violación del derecho internacional y un desprecio por los derechos palestinos. La reubicación forzosa de una población está explícitamente prohibida por la Convención de Ginebra (https://ihl-databases.icrc.org/en/ihl-treaties/gciv-1949/article-49), lo que hace que la propuesta de Trump no sólo sea poco ética sino también ilegal. Las organizaciones de derechos humanos han calificado la propuesta de limpieza étnica, afirmando que el desplazamiento forzoso viola el derecho internacional. Es más, el apoyo incondicional a la derecha israelí, que da un cheque en blanco a los sectores más extremistas del país, es una receta para el fracaso en la consecución de la justicia y una solución permanente al conflicto israelí-palestino.
Los líderes europeos y los países árabes han rechazado de plano el plan. Francia, Alemania y España también han criticado la propuesta, subrayando la importancia de una solución de dos Estados y el derecho de los palestinos a permanecer en su patria. Además, los funcionarios de la UE han rechazado el plan y Kaja Kallas, la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, ha declarado que «no se puede desplazar a la gente por la fuerza» , subrayando también el compromiso de la UE con una solución de dos Estados y la protección de los derechos palestinos.
Implicaciones para la seguridad europea y la situación global
Las recientes decisiones de la administración Trump tienen consecuencias de largo alcance para la seguridad europea y el orden internacional. Al excluir a la OTAN y a la UE de negociaciones críticas y proponer soluciones unilaterales, Estados Unidos corre el riesgo de debilitar las alianzas e instituciones transatlánticas que históricamente han garantizado la estabilidad en Europa. Sus acciones amenazan con crear un vacío de poder que podría ser aprovechado por estados como Rusia y China, desestabilizando aún más el equilibrio de poder global.
En Oriente Medio, el plan para el desplazamiento de Gaza podría exacerbar las tensiones regionales y socavar décadas de esfuerzos diplomáticos para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos. La propuesta ya ha provocado indignación entre los palestinos y sus partidarios, lo que podría alimentar más violencia y radicalización. Además, la aplicación de un plan de ese tipo podría conducir a un aumento de los flujos de refugiados hacia Europa, lo que, a su vez, aumentaría las tensiones regionales, agotaría los recursos de Europa y complicaría sus objetivos de política exterior.
La disposición de Trump a llegar a acuerdos con Rusia a expensas de Ucrania y su desprecio por las normas de derechos humanos en Gaza demuestran los peligros de un orden mundial dictado por los caprichos de un líder único que se mueve más por posibles ganancias económicas que por el respeto al derecho internacional. Socavar la relación de Estados Unidos con la UE puede tener graves consecuencias, al amenazar la viabilidad de la OTAN y de la propia UE y exponerlas al peligro de desintegración y conflicto interno. Además, la estrategia política miope y confrontativa de Trump, que prioriza su propio interés nacional, ignora las consecuencias morales de sus políticas y hace caso omiso de los aliados de Estados Unidos, puede resultar contraproducente al perturbar y degradar al gobierno federal de Estados Unidos, con el potencial de desencadenar una crisis política, social y económica interna.
Europa ya no debe ser un observador pasivo, pero el fracaso de los líderes de la UE para llegar a un acuerdo entre ellos sobre cómo abordar las políticas de Trump pone de relieve la debilidad de la UE. Incluso llegar a un consenso para aumentar el gasto en defensa mediante un acuerdo intergubernamental no será suficiente para lograr una estructura de seguridad y defensa unificada y eficaz.
La debilidad de una Europa fragmentada y las ventajas de una Federación Europea
Aunque la UE ha sido durante mucho tiempo defensora del multilateralismo y la diplomacia, su estructura política fragmentada, basada en tratados entre Estados miembros, está plagada de burocracia y reglamentación, lo que la hace menos competitiva frente a otras economías y limita su capacidad de responder decisivamente a las crisis globales. Así, si bien la UE ha tomado medidas importantes para apoyar a Ucrania mediante sanciones a Rusia y ayuda militar, sus esfuerzos a menudo se ven obstaculizados por la necesidad de decisiones unánimes entre sus Estados miembros. De manera similar, la respuesta de Europa a la propuesta de Trump sobre el desplazamiento forzado de palestinos ha sido rápida en condena, pero carente de contramedidas concretas.
La UE sigue siendo un conjunto de Estados soberanos con políticas exteriores divergentes y, como tal, le resultará difícil presentar un frente unificado contra las presiones externas. La falta de una autoridad centralizada debilita la autonomía estratégica de Europa y la deja vulnerable a políticas excéntricas de líderes impredecibles. Sin embargo, una Federación Europea –una entidad política plenamente soberana con un ejecutivo centralizado, una política exterior unificada y una defensa integrada– representaría una evolución significativa de la UE al avanzar hacia una unión política y económica más integrada, proporcionando así la fuerza necesaria para enfrentar a líderes autoritarios y proteger los intereses europeos.
En efecto, una Europa federal aportaría beneficios clave como: (i) una estrategia militar unificada e integrada que, con un ejército europeo común, podría construir una seguridad y una defensa más fuertes y ser capaz de responder rápidamente a las amenazas internas y externas; (ii) una política exterior unificada que dé a Europa la capacidad de negociar acuerdos de paz y acuerdos comerciales como una sola entidad y de ejercer influencia en los conflictos globales; (iii) una economía más cohesionada y una mayor independencia energética que, junto con una estrategia industrial y tecnológica común y una mayor coordinación fiscal y económica, mejorarían la competitividad en la economía global y reducirían su vulnerabilidad a las presiones externas. La transición verde y la revolución digital actuales representan un punto crítico para que Europa ajuste su estrategia a los nuevos desafíos de la economía global, un desafío que solo puede afrontarse mediante una mayor integración y unidad. Con esta visión, la Alianza Federal de Federalistas Europeos (FAEF) redactó una Constitución para los Estados Federados de Europa en 2022 (The making of the Constitution for the Federated States of Europe, 2022) para fortalecer las estructuras de gobernanza y poner fin al déficit democrático y la ineficiencia de la UE.
En un mundo cada vez más definido por dinámicas de poder multipolares, una Federación Europea serviría como fuerza estabilizadora. Al fomentar alianzas sólidas con aliados democráticos y fortalecer las instituciones multilaterales, la federación también podría desempeñar un papel decisivo en el mantenimiento de la paz y la seguridad mundiales, abordar desafíos globales (desde el cambio climático hasta las amenazas a la ciberseguridad) y apoyar a los movimientos pro democracia en todo el mundo para contrarrestar las influencias autoritarias y proteger las libertades fundamentales.
Las políticas autocráticas y disruptivas de Trump deben servir de catalizador para avanzar hacia una Federación Europea que logre una verdadera unión política, económica y social del continente. La adversidad actual puede convertirse en una oportunidad para impulsar el estancado proyecto europeo. La unidad en una Federación Europea es la única garantía de éxito ante un nuevo orden mundial en el que se ponen en tela de juicio los derechos humanos, el Estado de derecho y el multilateralismo. Por supuesto, una mayor integración en una Federación Europea garantizaría que Europa no se limite a reaccionar a las políticas estadounidenses, sino que influya activamente en los acontecimientos mundiales. Además, una Europa fuerte y unida ofrecería un contrapeso democrático a la creciente ola de autoritarismo en todo el mundo y, al defender los derechos humanos, el Estado de derecho y el multilateralismo, una Federación Europea reforzaría los principios democráticos dentro de Europa y en el extranjero.
Conclusiones
Las recientes propuestas políticas del presidente Trump con respecto a Ucrania y Gaza han sido calificadas de irracionales y autoritarias. La exclusión de actores clave y la búsqueda de acciones unilaterales no sólo desafían las normas internacionales, sino que también plantean riesgos significativos para la seguridad europea y la influencia del continente en los asuntos globales. Hoy nos encontramos en un momento peligroso en el que está en juego el futuro de la seguridad de Europa y del mundo, lo que subraya la necesidad de fortalecer las estructuras políticas europeas para hacerlas más democráticas y responsables. Por esta razón, la construcción de una Federación Europea representa un paso hacia un futuro más estable y equitativo.
La era de confiar en Estados Unidos como garante definitivo de la seguridad de Europa está llegando a su fin. Las decisiones autoritarias e irracionales de Trump ponen de relieve la urgente necesidad de que Europa se convierta en una potencia geopolítica plenamente soberana. Sólo evolucionando hacia una Federación Europea podrá el continente asegurar su futuro, defender la democracia y afirmar su papel en los asuntos mundiales. De esta manera, una Europa federada no sólo mejoraría su propia seguridad, sino que también contribuiría a un orden global más estable. Además, una Federación Europea puede convertirse en un paso importante hacia la formación de una Federación Mundial necesaria para abordar las amenazas existenciales a la humanidad global –seguridad, protección del medio ambiente y lucha contra el cambio climático, desarrollo y economía sostenibles, bienestar de las personas, migración– de una manera eficaz y democrática. Es hora de que Europa tome su destino en sus propias manos y construya una federación que no sólo pueda salvaguardar su seguridad en un mundo cada vez más turbulento y promover su prosperidad, sino que también contribuya a un sistema internacional más estable y equilibrado.
Manuel Galiñanes , presidente de la Alianza Federal de Federalistas Europeos (FAEF)