Libro:
La trampa de los manipuladores.
Como Hacer frente a los manipuladores.
Por Gloria Husmann y Graciela Chiale
Como identificarlos y aprende a decir ¡BASTA!
Este libro se puede conjugar:
YO MANIPULO
TÚ MANIPULAS
ÉL MANIPULA
¡TODOS MANIPULAMOS ALGUNA VEZ!
Con descripciones y ejemplos reales, Graciela Chiale y Gloria Husmann demuestran que estamos rodeados de manipuladores peligrosos, y ayudan a detectar las formas en que muchos lobos se disfrazan para devorar Caperucitas.
Un verdadero manual para descubrir las trampas de la manipulación, y aprender a decir ¡Basta!
Como evitar la manipulación – Por el Placer de Pensar por Graciela Chiale 2011 https://www.youtube.com/watch?v=na26MIkd1PU
- LA MANIPULACIÓN con Gloria Hussman y Graciela Chiale desde Argentina por Juan Diego Humpierres 2021 (Video 5 minutos)
PRÓLOGO.
Hace algo más de un año (2006), cuando leí el primer borrador de este libro que me acercaron Graciela Chiale y Gloria Husmann, mi primera reacción fue pensar: «Este libro se puede conjugar. Yo manipulo, tú manipulas, él manipula. Todos manipulamos alguna vez». Efectivamente, todos manipulamos. Algo simple de lo que no había tomado conciencia hasta ese momento en que lo vi tan claro en negro sobre blanco.
A medida que avanzaba en la lectura entendí que, si bien todos manipulamos alguna vez, existe una manipulación positiva, digamos inocente, cuando se trata de obtener algún beneficio lógico o una finalidad positiva. No está mal manipular en ciertas ocasiones, de la misma manera en que no se peca mortalmente al decir una mentira piadosa. Es más, resulta necesario hacerlo en determinadas situaciones. Pero también descubrí, con verdadero horror, la otra manipulación. Vi cuántas veces yo misma había sido víctima de manejos nefastos, destructivos, por parte de manipuladores que, sin exagerar, podríamos llamar «profesionales». Y, lo que es peor, esto casi siempre sucedía sin que yo me diera cuenta.
Por eso me atrajo desde las primeras páginas la intención de las autoras, generosa en su esencia y muy útil, de revelar los disfraces y triquiñuelas de los manipuladores peligrosos, los que elaboran grandes estructuras sobre argumentos falaces y las sostienen luego con la culpa que generan en sus víctimas.
Para entrar en el tema resulta especialmente útil el test con el que los lectores (¿o en su mayoría lectoras?, me permito sospechar…) podrán autoevaluarse, ya que el resultado del mismo les abrirá los ojos lo suficiente como para tomar conciencia del problema, entender dónde están parados y saber cuál es su punto de partida en el trabajoso camino hacia la liberación de los manejos nocivos del manipulador que tengan cerca.
Las descripciones y los ejemplos reales que aparecen en esta obra muestran que, sin exagerar demasiado, estamos rodeados de manipuladores y nos ayudan a detectar las numerosas formas en que los lobos se disfrazan para devorar caperucitas. Muchos se verán reflejados en algún párrafo y se sorprenderán al descubrirse inmersos en situaciones absurdamente cotidianas y habituales. Por eso, conocer los argumentos típicos, la forma de comunicación —el abuso verbal tan característico una vez que se descifra—, dará herramientas valiosas a quienes se dispongan a enfrentar situaciones difíciles, y casi siempre muy dolorosas, de las que no es ni sencillo ni fácil salir. De hecho suelen perdurar demasiado en el tiempo.
Este libro no puede reemplazar a una terapia complementaria y seguramente necesaria, pero sí ayudará a despertar inquietudes y a movilizar. No se trata de un profundo tratado académico para eruditos, sino que es un aporte sólido y fundamentado pero de lenguaje accesible, que se dirige a un público general, poco o nada informado sobre el tema. Así, estas páginas pueden ser el primer paso hacia la salud y la solución de conflictos de muchos lectores.
Daniela Di Segni
Buenos Aires, abril 2008
INTRODUCCIÓN
Este libro no tiene una intención académica, sino que está dirigido al público en general y su principal objetivo es ayudar a identificar y evitar los efectos devastadores de la manipulación. Tampoco pretende reemplazar una terapia psicológica, sino, por el contrario, ayudar a aquellas personas que la requieran a descubrir esa necesidad.
La experiencia que ambas recogimos en la observación de la realidad con los enfoques propios de nuestras respectivas profesiones, nos impulsó a escribir este libro como un intento de denuncia frente a una verdadera epidemia social: la manipulación.
Empecemos por definir el concepto de manipulación. Diremos, en principio, que consiste en ejercer influencia sobre alguien, induciéndolo a tomar decisiones o asumir comportamientos de manera diferente, incluso opuesta, de como lo hubiera hecho a partir de su propia decisión.
El manipulador consigue sus objetivos mediante el uso de la seducción, sin el consentimiento a priori del otro. Dirige la voluntad de la víctima, abusando de su sensibilidad y vulnerabilidad. La manipulación es siempre una agresión hostil. Es un ejercicio solapado, tortuoso, arbitrario y abusivo del poder, aunque la actitud del manipulador no sea provocada por las personas que padecen este tipo de agresión tal como él se esfuerza en demostrar. Tampoco ocurre por casualidad, sino porque el manipulador encubre eficientemente la razón y la naturaleza de los motivos, de los medios y de los fines que persigue con sus acciones.
Todo manipulador posee una gran habilidad para fabricar impresiones de la realidad, ilusiones virtuales que le permiten esconder sus artimañas y ficciones. Por ello suele decirse que son grandes prestidigitadores.
Las personas afectadas por la manipulación pierden la capacidad de hacer un uso pleno del ejercicio racional; quedan inhabilitadas para reflexionar, resolver o elegir el curso de acción que más les conviene y tampoco están en condiciones de resistir o de liberarse de la relación de poder a la que están sometidas.
El manipulador puede negar consciente o inconscientemente lo que está haciendo; solo sus «víctimas» pueden reconocer el abuso, porque son quienes lo padecen; aun así, en algunas circunstancias no llegan a darse cuenta del maltrato que soportan y, a veces, hasta lo justifican.
Es muy poco frecuente que un manipulador se muestre tal cual es; el ocultamiento bajo alguno de sus disfraces, sobre todo de los más seductores, puede ser tan efectivo que la persona manipulada no solo no lo identifica como tal sino que, probablemente, se irrite o enfade con quienes, por ayudarla, intenten hacérselo notar.
Un manipulador no es una persona como las demás. Manipula porque el modelo aprendido en sus experiencias traumáticas infantiles no le permite hacer otra cosa, así como una persona vulnerable de ser manipulada está marcada por vivencias traumáticas de su infancia y es esta la razón de mayor peso por la que se «engancha» a un manipulador.
Por medio de la manipulación, un individuo puede destruir a otro, dado que se trata de una verdadera intrusión en su psiquismo, que puede terminar incluso en una demolición psíquica. Este tipo de violencia, que generalmente se manifiesta por medio del abuso verbal, es una agresión encubierta que si bien no deja huellas o cicatrices como ocurre con la violencia física, es igualmente dolorosa y de graves consecuencias, porque, según dicen muchos manipulados, «te rompe el alma».
Es una situación que puede darse en cualquier ámbito, tanto familiar, laboral como social. Tampoco discrimina por estrato socioeconómico o cultural.
Si bien todos, tanto hombres como mujeres, podemos ser manipuladores, la conciencia social suele ser más permisiva con los abusos de los hombres; está instalada la tolerancia social para con ellos. En la mayoría de las sociedades, los hombres han sido socializados en la creencia de que se los habilita para hacer «uso del abuso» respecto a la mujer y los hijos. En muchos países se está tratando de modificar esta forma de pensamiento y de conciencia errados que traen graves consecuencias? De hecho, en lugares como México y España, las estadísticas sobre violencia de género son aterradoras. En México, cada 15 segundos una mujer es agredida; en la mitad de las familias se registra alguna forma de violencia y en uno de cada tres hogares existe maltrato emocional, intimidación, abuso físico y sexual contra las mujeres. En España, numerosos estudios han demostrado que una de cada tres mujeres, en algún momento de su vida, ha sido víctima de violencia sexual, física o psicológica perpetrada por hombres.
Buenos Aires, agosto 2007
Estructura del libro.
Este libro está dividido en siete capítulos, el primero de los cuales está destinado a que los posibles manipulados puedan descubrir el riesgo de encontrarse en dicha situación. A tal efecto, diseñamos un test que ayuda al lector a autoevaluarse. El segundo y el tercero describen algunas características del perfil de las personas manipuladoras. El cuarto se refiere al uso que hacen de la comunicación distorsionada. En el quinto se describen algunas características de las «víctimas» de este tipo de agresión y luego se analiza cuál es el punto de coincidencia que propicia la atracción entre ambos. En el capítulo sexto se exponen algunas tácticas que posibilitan la preservación de las personas que sufren por encontrarse sometidas a un manipulador. Finalmente, y a modo de ejemplo, se exponen algunos casos que ilustran esos comportamientos.
1.- Capítulo 1
¿CÓMO DARNOS CUENTA DE QUE ESTAMOS BAJO LA INFLUENCIA DE UN MANIPULADOR?
No es fácil darse cuenta; es importante estar atentos y observar indicios. Muchas personas que deambulan por diferentes consultorios médicos, psicológicos o de ayudas alternativas como consultores espirituales, videntes, tarotistas, etcétera, buscan por estos diferentes caminos el alivio o la supresión de sus sufrimientos. Es muy probable, sin embargo, que el origen de ellos se deba a la posibilidad de estar bajo la influencia de una persona manipuladora, porque el contacto prolongado o permanente con un manipulador es un estresante muy fuerte y poderoso.
El estrés es un estímulo que nos agrede emocional y/o físicamente; es la respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un sujeto que busca adaptarse y reajustarse a presiones tanto de origen interno como externo. El estrés produce cambios químicos en el cuerpo y puede provenir de cualquier situación o pensamiento que haga sentir a la persona temerosa, frustrada, furiosa o ansiosa.
Estas reacciones no son dañinas a corto plazo, pero cuando la situación persiste en el tiempo resulta nociva para la salud general, debido a que el cuerpo permanece en un estado constante de alerta. Ese estado aumenta la tasa de desgaste fisiológico que lleva a la fatiga y/o al daño físico. Entonces, la capacidad del cuerpo para recuperarse y defenderse se ve seriamente comprometida. Éste es el momento en el cual probablemente comience a manifestarse una amplia gama de trastornos psicosomáticos. Una persona puede estar transitando una etapa de su vida sin problemas aparentes y, sin embargo, convivir con una permanente sensación de displacer. Es factible entonces que aparezcan síntomas psíquicos y/o físicos que abarquen un amplio espectro, desde un estado de angustia a una depresión o desde un simple dolor de cabeza a una enfermedad grave.
ÍNDICE.
Prólogo.
Introducción.
1. ¿Cómo darnos cuenta de que estamos bajo la influencia de un manipulador?
Podemos autoevaluarnos.
Test de los cuatro pasos.
2. ¿Cómo es un manipulador?
Manipuladores, ¿dónde están…?
Distintos tipos de manipuladores.
El dominador/despótico.
El irresponsable.
El simpático.
El de perfil bajo.
El profeta.
El seductor.
El generoso.
El culto.
El explosivo.
El desvalido.
El dependiente.
El enfermo.
El cizañero.
El perverso.
3. Perfil del manipulador.
El manipulador se cree un «sabelotodo».
El manipulador carece de empati.
La percepción que tiene de sí mismo.
El modus operandi del manipulador.
4. La comunicación manipuladora.
¿Qué rédito obtiene el manipulador al negarse a mantener una comunicación clara?
¿Qué recursos utiliza para evitar una comunicación directa o precisa?
¿Cuándo se aparta el manipulador de la conversación?
5. Cómo se genera la trampa.
¿Cuál es el punto de coincidencia entre manipulado y manipulador?
Actitudes del manipulador.
Actitudes de la víctima de manipulación.
¿Por qué manipula el manipulador?
¿Por qué algunas personas son más vulnerables a la manipulación?
¿Qué quieren decir cuando dicen «te amo»?
6. Estrategia y tácticas de preservación.
¿Cómo defenderse de la influencia de un manipulador?
La conveniencia de estar atento y cambiar.
Estrategia de defensa.
Tácticas útiles para preservarse.
7. Algunos ejemplos de la vida real.
Órdenes desde el sillón.
El trato.
No soltar la presa.
Una de suegra y nuera.
Colegas y amigas.
El caso María.
El caso Javier.
8. Conclusiones.
9. Bibliografía.
8.- CONCLUSIONES.
Hay personas que han tenido la suerte de nacer en un hogar donde el modelo predominante en los vínculos no tenía la característica propia de las relaciones manipuladoras. Esto es muy afortunado, pero, aun así, es muy poco probable que a lo largo de sus vidas no observen relaciones con dichas características. Es prácticamente imposible sustraerse a la relación con individuos que poseen características de personalidad manipuladora. En algún momento todos deberemos interactuar con alguno de ellos.
Como ya vimos, la vulnerabilidad de las personas tiene que ver con su propia historia. Los que sufrieron traumas a temprana edad, los que han sido criados bajo la influencia manipuladora de familiares directos, como, por ejemplo, el padre o la madre, seguramente tendrán mayor probabilidad de establecer vínculos con este tipo de personas.
Es muy posible que las víctimas potenciales de los manipuladores piensen, en principio, que rebelarse significa la automática pérdida del amor, dado que ése fue el modelo interiorizado en su infancia.
Sin embargo, no hay razón alguna que sirva para justificar un sometimiento de este tipo. En todo caso, y si se es consciente de ello, se tratará de una decisión personal respetable del sometido, aunque no siempre sea la más conveniente para él/ella.
Al «darse cuenta» del sometimiento a la influencia generalmente devastadora de un manipulador, se presentan dos claras opciones igualmente válidas:
1. Seguir adelante con la relación intentando mejorarla.
2. Dar por finalizada la relación.
En ambos casos será necesario determinar la relación coste-beneficio de una u otra decisión.
Suponiendo que antes de tomar la segunda de las dos opciones prefiera intentar mejorar la relación, no pierda de vista la toxicidad de este tipo de vínculos.
Hemos dedicado una parte de este libro a la explicación de la forma en que es posible preservarse de ellos. Un cambio de actitud es lo único que resguarda de no caer en las garras de otro manipulador. Sin embargo, desactivar el mecanismo de manipulación lleva bastante tiempo y será mejor no tener expectativas de resultados inmediatos para no incentivar la frustración.
¿Cuál es el límite que determina que la balanza se incline para una u otra de las opciones? En este aspecto no hay recetas «magistrales», cada individuo sabrá cuál es su punto de quiebre.
Desde ya, cualquiera que sea la decisión tomada, le deseamos ¡suerte!
Para los que hayan intentado sin éxito mejorar el vínculo con una persona manipuladora va la siguiente declaración:
Basta es «basta» y hay una sola manera de decirlo:
¡¡¡Diciendo «basta»!!!
«Basta» no se dice de manera indirecta, ni con gestos, ni con silencios.
«Basta» se dice sin dubitaciones, ni explicaciones, ni justificaciones. Se dice una sola vez y basta.
«Basta» no se dice bajando la cabeza ni llorando. Se dice con entonación firme, pero sin gritar; tampoco se dice utilizando un murmullo.
Es un «basta» para el otro, porque ya fue un «basta» para uno mismo y no puede dejar de ser «basta», aunque el otro se oponga.
«Basta» es «basta», aquí y en este momento.
«Basta» no se dice de rodillas, porque es un acto de dignidad.
Es un «basta» que surge de la necesidad de libertad, de ser dueño de las propias decisiones.
«Basta» es el fin de un libro, sin más capítulos, porque ya se dijo todo lo que había que decir.
Decir «basta» no es olvidarse del pasado, es una corrección del presente pensando en el futuro, y sólo quien sabe decir «basta» puede decir «de ahora en adelante».